martes, 9 de noviembre de 2010

PET DEJENEUR SUR LE HERBE

Es curioso como sólo este tema lo asocian más a la más exótica imagen que nos proporciona el oriente, cuando la realidad es que en este relativo lado del mundo también poseemos hermosas muestras del mismo. Uno de los libros de mi biblioteca, que de vez en cuando hojeo y también leo, es éste. "La sexualidad en el arte occidental" de Edward Lucie-Smith. Muy sencillo y ameno, va distribuyendo a lo largo de sus capítulos los contextos y los propios símbolos del concepto sexual a lo largo de la Historia del Arte.
Si entramos en la página del D' Orsay podemos solazarnos con estupendos ejemplos y maravillas. Fue uno de mis primeros museos al que pude acceder y siempre me quedará la impresión del Petit dejeneur sur le herbe, que posteriormente fui incapaz de decir en mi lengua materna. Sólo pronunciarlo en francés era delicioso y extasiante.Tuve un guía excepcional que nos explicó cómo Manet había copiado la composición de un grabado de Marco Antonio Raimondi y que la modernidad de hacer una composición de dos figuras masculinas vestidas, dejando a la femenina desnuda había sido todo un hito en el momento de su exposición. Esta  mujer nos muestra la serenidad de su propia seguridad de estar donde debe de estar. No es ni inferior ni superior. Es igual que sus compañeros porque no es su sexo ni su falta de ropaje lo que la define, sino su propio rostro y su actitud.
        Quizás se debería aprender más de su ejemplo y no creerse que las trampas del destino o del poder puedan con la honorabilidad y el saber ser y estar de una persona, sea cual sea su sexo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario