miércoles, 30 de septiembre de 2009

"Al ver aquella situación creada alrededor de tan insignificante hecho, la resolución más rápida y más efectiva sería no dar más pasos en falso. Era suficiente con no citar ni recordar en familia los hechos acaecidos. Pero, a veces, lo que uno piensa con la suficiente frialdad y diplomacia no resulta la lógica general.
Mucha gente es dada más al habla que al pensamiento en reflexión. Otra gente es más partidaria de la acción-reacción. Y de aquellos vientos llegaron unas terribles tempestades.
No tardaron en pasar las semanas cuando aparecieron los "profesionales" por el predio. Mediciones de aquí a allá, presupuestos de la más diversa índole,... Lo más urgente era, por supuesto, la instalación de una valla perimetral con su consiguiente portalón. Cercar la propiedad era cuestión de marcar la gran diferencia: a reina muerta, está la nueva reina ya en su trono.
Todos ya sabían que eso iba a suceder. Sólo era cuestión de ... tiempo y ... de que vinieran los "profesionales."

martes, 29 de septiembre de 2009

La primera en irse

"Vestimos las ropas que dejaste en tu no esperada ausencia y rellenamos la tumba con la mojada tierra que dejó la lluvia. Nunca había llovido como hasta entonces. Mojaba todo lo que alcanzaban nuestros tristes ojos y pensabamos que, tal vez, era así el destino que nos había tocado. Un destino triste y un destino húmedo. No sabíamos que esperar. Era como si el tiempo estuviese a nuestros pies aguardando a que le dejáramos ir. A su ritmo, segundo a segundo, dejando que un instante pasase a otro, sin que sucediese nada.
La muerte vino así. Sin que se contase con su visita. Sólo dejó que se pudiera asomar a la ventana para ver el pueblo a sus pies. Era un nuevo comienzo y, por fín, podría salir de aquella cárcel que tantos años la había acogido. Yo creo que sí sabía de su alegría por haber dejado la casa sin que nadie esperara ese desenlace. Uno no espera a ser mayor de edad para quedarse y tampoco se espera serlo cuando es necesario irse. Sin ser trágico fue inesperado y dejó un poso de incertidumbre. Y pensar que quería ser la última y sólo lo fue de su estirpe. En este caso le tocó ser la primera".

jueves, 24 de septiembre de 2009

Me han tragado sin masticarme apenas

Vomitas lo que no masticas,
lo que no saboreas,
lo que no aprecia tu frustrado gusto.
Voracidad material,
que atraganta al espiritu.
Ansiedad psicópata,
que no le duele el dolor del prójimo.
Avaricia letal,
que se alimenta de casi inertes cuerpos
cuya voluntad ya fue aniquilada.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Buscamos un olor con los ojos cerrados
que deja la memoria volar al recuerdo,
mas frágil es ésta pues sólo nos devuelve
aromas de niño, fragancias de azahar,
esencias y efímeros efluvios.
Tu no me hueles a lo ya conocido,
sólo disfrazas levemente con lavanda
el cansado cazador que ha andado
ya mucho camino, ya mucha vereda.
Pavorosamente gritan las neuronas
cuando la llamada del aullador se oye lejana
Esa naturaleza brava y constante que,
como vegetación espesa,
cierra sentidos, paraliza sentimientos
y deja que la mirada se vuelva.
Como la enfermedad que encuentra el banquete
en los seres débiles y faltos de energía,
y así como el deseo se establece en el cuerpo nervioso,
que anhela ser acariciado,
aparece la garra que encuentra el objeto presto de su pulsión.
Es devenir no creador, es agotamiento,
que deja inerte el espíritu en un volver al deceso
para intentar llegar al nacimiento
de una nueva idea, de un nuevo poema ....
Acabado y empezado, así ...

miércoles, 16 de septiembre de 2009

TRITONES

"Sobre los tritones, los pescadores aseguran que no tienen una idea clara ni prueba evidente de su existencia, pero corre la leyenda muy difundida de que en el mar existen, ciertamente, algunos monstruos antropomorfos desde la cabeza a la cintura.
Dice Demóstrato, en su tratado sobre la pesca, que vio en Tanagra un tritón en conserva. Y añade que era semejante, en muchos aspectos, a los representados en estatuas y pinturas, pero su cabeza estaba tan estropeada por el tiempo y era tan borrosa, que no era fácil distinguirla y reconocerlas."

Historia de los animales
Claudio Eliano


domingo, 13 de septiembre de 2009

René Descartes

"El bien que hemos hecho nos da una satisfacción interior, que es la más dulce de todas las pasiones".
"Dos cosas contribuyen a avanzar: ir más deprisa que los otros o ir por el buen camino".

MUSAS

Despiertan y acuerdan
las musas tercas y arpías,
que nunca dejan de murmurar.
Ellas buscan y encuentran
jirones de almas rotas
para coser a sus alas.
Ellas traman y urden
tropelías inmunes a la justicia.
Ellas sólo descansan
en los oscuros huecos
de los abandonados huesos.
Ellas te buscan,
ellas te encuentran.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

NARCISO Y PSICÓPATA

El relato más conocido del mito de Narciso es el de Ovidio, de su tercer libro de Las Metamorfosis del año 43 AC. La tragedia comienza a gestarse ya desde la concepción del niño Narciso, puesto que él es producto de la violencia sexual. El dios-río Cefiso, después de raptar y violar a la náyade Liriope, engendró en ella a un joven de espléndida belleza, a quien dieron por nombre Narciso. Preguntado sobre si el recién nacido tendría una larga vida, Tiresias, el sabio capaz de predecir el futuro, contestó cripticamente «Sí, siempre y cuando nunca se conozca a sí mismo.»
A lo largo de su vida, Narciso, va a provocar en hombres y mujeres, mortales y dioses, grandes pasiones, a las cuales no responde por su incapacidad para amar y para reconocer al otro. Según el relato de Ovidio, entre las jóvenes heridas por su amor estaba la ninfa Eco, quien había disgustado a Hera y por ello ésta le había condenado a repetir las últimas palabras de todo cuánto se le dijera. Eco fue, por tanto, incapaz de hablarle a Narciso de su amor por él, pero un día, cuando él estaba caminando por el bosque, acabó apartándose de sus compañeros. Cuando Narciso preguntó «¿Hay alguien aquí?», Eco contenta respondió: «Aquí, aquí». Incapaz de verla oculta entre los árboles, él le gritó: «¡Ven!». Después de responder: «Ven, ven», Eco salió de entre los árboles con los brazos abiertos. Narciso cruelmente se negó a aceptar su amor. Tentado por Afrodita, al contemplar su imagen en el espejo de la superficie del agua, sintió una fascinación por su propia imagen de la que no pudo sustraerse. No podía tocar ni abrazar al ser que veía reflejado en el agua, pero tampoco podía apartar su vista de él. En otra versión del mito, uno de los menospreciados por Narciso se queja a los dioses y Némesis, la diosa de la venganza, se encarga de castigar su orgullo.
De cualquier modo, Narciso, subyugado por la bella imagen de sí mismo que le devolvía el río, se retrajo de toda posible relación amorosa con otros seres, e incluso de atender sus propias necesidades básicas, y su cuerpo se fue consumiendo para terminar convertido en la flor narciso, una flor tan hermosa como maloliente. Mientras tanto, Eco, consumida de melancolía, se retiró a una cueva donde su cuerpo también se consumió, quedando de ella solo una voz sin forma que repite, en la lejanía, la última frase o sílaba que se pronuncie.
Rasgos de la personalidad narcisista
La personalidad narcisista se caracteriza por un patrón grandioso de vida, este se expresa en fantasías o modos de conducta que incapacitan al individuo para ver al otro. Su visión de las cosas es el patrón al cual el mundo debe someterse. Para los narcisistas el mundo se guía y debe obedecer a sus propios puntos de vista, los cuales considera irrebatibles, infalibles, auto-generados. Las cosas más obvias y corrientes, si se le ocurren a él o ella, deben ser vistas con admiración y se emborracha en la expresión de las mismas. Hay en el Narcisista una inagotable sed de admiración y adulación. Esta necesidad lo incapacita para poder reflexionar tranquilamente y valorar serenamente la realidad. Vive más preocupado por su actuación, en cuanto al efecto teatral y reconocimiento externo de sus acciones, que en la eficacia real y utilidad de las mismas. En resumen, las personas narcisistas, aún cuando pueden poseer una aguda inteligencia, esta se haya obnubilada por esa visión grandiosa de sí mismo y por su hambre de reconocimiento. Llama la atención, entonces, cómo muchas personas pudiendo ser exitosas, productivas y creativas, someten su vida a aduladoras mediocridades. Cuando los narcisistas ejercen posiciones de poder, se rodean de personas, que por su propia condición, son inferiores a él o ella, y de otros, que le harán la corte solo en función de un interés mezquino. Ellas, drogadas por su discurso auto-dirigido, no son capaces de reflexionar y escuchar lo que el mundo externo les grita.
En la otra cara de la moneda, la personalidad narcisista es, en sí misma, una forma de supervivencia. Hemos visto en el mito como Narciso es el producto de una acción terrible. La personalidad narcisista nace de una violencia, de un terrible trauma, de una herida inferida al individuo en sus primeras etapas del desarrollo o antes, cuando la herida es la madre y ella trasmite al hijo su resentimiento, su dolor, su rabia y su temor. Se refugia, el traumatizado, en su propia imagen de grandiosidad, ello le permite elevar su maltrecha auto-estima y sentirse un poco mejor consigo mismo. Su hambre insaciable de reconocimiento se asila en la admiración y la adulación de quienes lo circundan.
El narcisista es una persona que puede ser muy exitoso, en cuanto al brillo externo se refiere. Él no se plantea dudas en cuanto a la realidad de sus ideas, sean estas brillantes o no. Así vemos como personas con una inteligencia mediocre y una cultura pobre, escalan posiciones sorprendentes, para ellos el recapacitar no existe. Aún las más insulsas ideas son expresadas con un espíritu mesiánico, se enamoran de las ideas de otros y las hacen propias sin la más mínima consideración moral ni ética. Estos últimos logran capitalizar a una horda de Narcisistas depresivos que creen, ingenuamente, en la verdad expresada por el pseudo-maestro. Ellos lo seguirán fielmente, no importa cuán errado esté:
"Sobre la pena duermo solo y uno, pena es mi paz y pena mi batalla, perro que ni me deja ni se calla, siempre a su dueño fiel pero importuno."
escribe Miguel Hernández, retratando esta suerte de personalidad del narcisista depresivo, siempre fiel, signada por la tristeza derrotada, que busca, con más ahínco que éxito, alguien en quién creer, alguien en quien confiar el remedio a sus miserias. De estas melancólicas soledades esperanzadas se nutre el Narcisismo. La simbiosis se completa con la satisfacción a medias, con un hueco de hambre y sed, que nunca se llega a colmar.
El recurso de la mitología nos brinda la imagen para la comprensión de la conducta y el mito de Narciso es concluyente en la terrible frase del oráculo: "El niño tendrá larga vida si nunca se observe a sí mismo." Así en la no reflexión es donde puede sobrevivir este personaje. Sin embargo, Narciso, en castigo a su ser desalmado, es transformado en una planta que da unas flores muy bellas, de olor nauseabundo, y estéril de fruto y nos dice el mito que en este tipo de personas hay, a pesar de su apariencia, algo que huele muy mal.