Ocasos traidores y lentos despertares
entre las burbujas de los sueños
encuentran oscuras penumbras.
Las persianas, que no se alzaron,
sólo dejan entrever este sucio lecho
de esquinas traidoras, que nunca
guardaron sueños y sólo esperan
romperse dentro de un cuerpo.
Temblar sin frío y sudar sin calor.
No sobra nada pero a faltar se tiene todo.
Para Rasko
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