lunes, 26 de enero de 2009

Mi rostro tiene cuevas oscuras

Mi rostro tiene cuevas oscuras
que se llenan con la marea
cuando esa luna,
que sale a la traidora,
hace un gran agujero
en nuestro raso negro.
No me vistas ahora
porque sólo necesito
un leve viento que me eleve.

domingo, 25 de enero de 2009

Serenas olas

Tiempo de serenas olas que llegan a la orilla
y sonidos suaves que llegando a mi alma
relajan mi mundo de las ideas tormentosas.
Hasta que las campanillas de la tienda de la esquina
vuelvan a sonar pasará el tiempo,
lentamente, pero con conciencia.
Apaciguadora estela de sonidos
hasta que el rumor de mi respiración
sea sólo lo que se oiga.

martes, 13 de enero de 2009

Escapándose


"Desconocidos lugares estaban esperando y todavía seguía atado a la gran Idea. ¿Por qué perder el tiempo en un yermo? Podría haber visto inmensas llanuras y llenar el vacío con ellas. Conquistar caminando poco a poco y descansar en cualquier lado. Seguía allí mirándolos sin verlos y ellos creídos de que les hacía caso... Cerca estaría el momento de escaparles sin mirar atrás."

lunes, 12 de enero de 2009

REENTRÉ

"En los largos silencios de palabras encadenadas a su mirada, resistió el embate de aquel oleaje, no feroz pero sí inquietante. Dijo poco y bastó. Los síes sin esperanza desarmaban cualquier quite o cualquier reproche. Era imposible luchar contra él ¿Qué hubiera ganado? ¿Lo que ya tenía? Silencio y misericordia."

Curiosamente este texto ya lo había colgado pero, en mis continuos repasos, me doy cuenta exactamente del acento que había puesto en él.
Cielos!!!

Juguemos a juzgar

"Juzgar" es un término que admite dos significados distintos:

  • Subsumir clasificatoriamente de lo singular y particular bajo algo general y universal. Medir, acreditar y decidir lo concreto mediante criterios regulativos.
  • Situación en la que no hemos estado o visto nunca y para lo que no tenemos criterio y en donde sólo podemos apelar a la evidencia con nuestra capacidad humana y que tiene que ver con diferenciar y no con ordenar y subsumir. Es el juicio estético o de gusto, sobre el cual podemos discutir y llegar a un acuerdo porque ante lo que no conocemos sólo podemos opinar si esto o aquello la hubiera juzgado correcta o incorrectamente.

Cuando nos encontramos en situaciones no cotidianas, que irrumpen huracanadamente, nuestra capacidad de juzgar se ve mermada por el instinto de supervivencia en un ámbito concreto. No valen de nada los criterios familiares o culturales aprendidos. Sólo afecta a nuestra ansiedad de no perder el poder. Es lo que realmente nos moviliza. Tenemos siempre esa oportunidad de juzgar con facilidad sin ponernos en cada sitio y creernos que estamos en el oportuno sitio. Jueces de todo lo que se mueve y respira. ¡Cuánta razón llevamos! ¡Qué orgullosos estamos de nosotros mismos cuando juzgamos aquello por donde no hemos pasado! Cargamos con el hacha encima de nuestros hombros y vamos asestando aquí y allí. Qué triste!

domingo, 11 de enero de 2009

DE NOCHE VENDRÁS A HACERME COMPAÑÍA


"De noche vendrás a hacerme compañía, ...
Sólo el equilibrio que proporcionas a mi espíritu
basta para que una tibia sonrisa
quede apresada en mi rostro
antes de dejarse llevar por el sueño.
Mariposas y libélulas vuelan
tornasoladas en su espaciosa libertad,
mas tu amor sólo es capaz
de hacerme volar, desear y estar.
Dormiré buscando el secreto de tu pensamiento
enlazando con mis dedos tu ensortijado cabello."



viernes, 9 de enero de 2009

ROSA, ROSAE LAS DESEADAS

Mehmet II

Además de guerrero, poeta y patrono de las artes, el conquistador de Constantinopla fue también un acérrimo aficionado de la jardinería. Tenía una especial predilección por las rosas, a punto tal que, en uno de los retratos con que se le conoce, aparece con una de ellas en sus manos. Y una de sus "rosas" más deseadas será Constantinopla.

Mehmed II, al fín conquista la bella Constantinopla y marca el final del Imperio Bizantino, el gran intermediario entre Oriente y el Mediterráneo.
Hegel (1770—1831) escribe en su Curso de Historia de la filosofía: El Imperio bizantino estaba en el interior desgarrado por pasiones de toda suerte y en el exterior amenazado por los bárbaros, a quienes los emperadores sólo podían oponer una débil resistencia. El Estado se encontraba en una situación continuamente peligrosa, y nos ofrece un repugnante cuadro de flaquezas donde las pasiones miserables, e incluso absurdas, no dan nada grande, ni en las ideas, ni en los actos, ni en las personas. Revueltas de jefes, caídas de emperadores, arrastrados por aquellos o bien por las intrigas de los cortesanos; muertes o envenenamientos de soberanos debidos a sus propias esposas o a sus hijos, mujeres dando libre curso a toda clase de deseos y rebajándose a hechos deshonrosos, tales son las escenas que desarrolla ante nuestros ojos esa historia, hasta que el decadente edificio del Imperio romano de Oriente es demolido a mediados del siglo XV por la vigorosa potencia de los turcos”.

DEFENDER LA LIBERTAD PROPIA


"Más ciudadano ya de la eterna república del espíritu que de la de Roma, a la que la dictadura de César ha castrado, su vida ahora parece la de un filósofo. El maestro de la justicia terrena ha aprendido por fin el amargo secreto de que al fin y al cabo acaba enterándose todo aquel que se dedica a la actividad pública. Que a la larga no se puede defender la libertad de las masas, sino únicamente la propia, la libertad interior" .


Obra: Momentos estelares de la Humanidad
Autor: Stefan Sweig





Existen escritores que nos permiten sentir la Historia y sus personajes cercanos y Sweig consigue a la perfección entender la propia cotidianiedad con la sentida en aquel momento por Cicerón en aquel lugar, en aquel momento ... tan lejanos. Quien no sea un gran aficionado a la Historia con mayúscula quizás encuentre aquí una mano tendida que le invite no sólo a un té sino a un banquete.

miércoles, 7 de enero de 2009

Obsesiones masculinas

"Su vida, que sobrepasaba ya los sesenta y cinco años, con todos sus encuentros y desencuentros, felices y dolorosos por igual, giraba en torno a una sola obsesión: las mujeres. Era una de esas personas que se encuentran completamente a merced de los voluptuosos encantos femeninos. Las mujeres no eran para él un deseo que se enciende, se colma y se consume, no. Representaban como variado es su cuerpo: senos prominentes y robusto, con pezones protuberantes como apetitosas uvas; traseros jugosos y ondulantes que aguardaban su violento ataque sorpresa por la espalda; labios carnosos que sorben los besos y suspiran de placer; el cabello en todas sus manifestaciones (largo, suelto y liso; salvaje y con trenzas enmarañadas; media melena, al clásico estilo familiar, o esos cortes á la garcon que le inspiraban extrañas fantasías sexuales); los ojos, ¡ay!, esas miradas sinceras o traicioneras, descaradas o tímidas, incluso las de reproche, enfado y rechazo. ¡Qué hermosas!"


Obra: El edificio Yacobián
Autor: Alaa Al Aswany


Ultimamente Egipto fue convirtiéndose también en una obsesión. La fascinación que nos causa el período del Antiguo Egipto fue adentrándonos poco a poco en la selva de dioses, faraones, monumentos y jeroglíficos. Buscando libros apropiados para los pequeños lectores (encontré gran cantidad) apareció esta novela, considerada como una excepcional obra de la narrativa árabe contemporánea, cuyo estilo me recuerda a mi adorado Naguib Mahfuz. Tiene su réplica en cinta cinematográfica. Veremos si responde a las expectativas. De momento, en un reciente reportaje sobre el Cairo actual sí que la veo bastante reflejada. Creo que nuestro viaje a Egipto esperará todavía un tiempo.





martes, 6 de enero de 2009

La desmemoria

"El miedo seca la boca, moja las manos y mutila.
El miedo de saber nos condena a la ignorancia;
el miedo de hacer nos reduce a la impotencia".
Eduardo Galeano.

Esta cita es de "El libro de los abrazos".

A veces, cuando visito las librerías, hay libros que quieren ser llevados para que sean mecidos en nuestros brazos como hacíamos con nuestros pequeños hijos. Y este apareció, me sonrió y se quiso venir conmigo. De vez en cuando lo abro y leo pequeños pasajes, que me dan luz cálida y me hacen sonreir.