Cuando las piedras vuelen
alas dentro de mi sentimiento
desplegarán los más bellos momentos
que tu dulzura dejó en mi sien.
Ese quarteado y rancio cuero,
maltratado por el tiempo,
busca recrearse y vaciarse,
sin retorno alguno,
y esconder la voluntad abierta
a una vieja herida
que nunca cerrado se hubo.
¿Qué es lo que merezco?
se pregunta una y otra vez.
Unos ojos que se reflejen,
unos labios que se acerquen
o, sólo, manos que me entierren.
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