domingo, 19 de diciembre de 2010

EL SOL Y EL ACERO

La tónica general es de constante desgarramiento, que acabaría el 25 de noviembre de 1970, cuando Mishima puso fin a su vida en un polémico rito del seppuku tras secuestrar a un general de un cuartel militar y arengar a las tropas.
Contrapone constantemente el cuerpo y el  espíritu, la palabra y su acción, arte y realidad, la paz y la espada. Vida y muerte.  Podemos entender esta obra como un sincero preámbulo. Di origen y fin a un movimiento espiritual que se dio solo en forma pura en sí mismo. Es de espíritu elevado e integral de la Tradición frente al fragmentarismo y sedentarismo de la modernidad que busca agitar el espíritu de los sedientos de pureza.
El último Mishima fue el último artista romántico y, así mismo, el más consecuente.

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