lunes, 13 de diciembre de 2010

ADIOS A MI CONCUBINA

China, 1925. Los militares gobiernan Pekín y aunque en la ciudad la política es inestable, hay una constante en la vida cotidiana: la ópera, un espectáculo donde incluso los personajes femeninos deben ser representados por hombres. Entre los nuevos muchachos destinados a ser estrellas de la ópera de Pekín se encuentra el delicado Douzi y Shitou, que le toma bajo su protección. Forjan una gran amistad y Douzi se enamora profundamente del chico mayor. Como Douzi tiene la belleza de una mujer, le forman en papeles femeninos, así como al atlético Shitoule entrenan principalmente para papeles militares. Entre las óperas que estudian se encuentra ”Adiós a mi concubina”. En el año 1937, víspera de la invasión japonesa, Douzi y Shitou, ahora conocidos por sus nombres artísticos, Cheng Dieyi y Duan Xiaolou, son los actores más famosos de Pekín. Por estas fechas Duan se enamora de Juxian, la prostituta más popular del afamado burdel ”La casa de las flores”, con la que se casa. Dieyi está totalmente enamorado de Xiaolou, y este hecho le deja lleno de angustia y celos.

En 1966 estalla la revolución cultural y Xiaolou está entre los detenidos por la Guardia Roja. En un juicio popular Xiaolou no aguanta más y revela los ”crímenes homosexuales” de Dieyi que responde con un ataque furioso contra Juxian y su pasado. Xiaolou, temeroso, declara que romperá toda relación con ella y Juxian se suicida. Año 1977. Dieyi quiere representar ”Adiós a mi concubina” por última vez con Xiaolou cuyo argumento se centra en 202 Antes de Nuestra Era. Xiang Yu, el Conquistador del Estado de Chu se encuentra acorralado por las tropas de Liu Bang, fundador de la dinastía Han. Desesperado de su situación, Xiang convida a beber a su concubina favorita Yuji. Ésta interpreta una danza de espada y canta: "Las tropas Han han ocupado nuestras tierras. Los enemigos que nos asedian cantan nuestras canciones. Si el cielo niega a dar su bedición a mi amor, ¿por qué tengo que seguir vegetando?" Se mata cortando la garganta con la espada.

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