El pasado 16 de noviembre, la revista Forbes afirmaba que en el año 2011 será imprescindible conocer el nombre de Xi Jinping, actual vicepresidente de China, y recientemente ascendido a una posición que le hace un firme candidato a la sucesión de Hu Jintao en la Secretaría General del Partido Comunista Chino. Días antes, esa misma revista publicaba que el presidente chino, Hu Jintao, era actualmente el hombre más poderoso del mundo, por encima del estadounidense Obama..
Una mayor relación con China es una de las prioridades estratégicas de la sociedad española. Sin embargo, ¿cuántos españoles conocen a Hu Jintao? ¿Y a Xi Jinping? En España, demasiadas personas perciben a China como un país lejano, totalmente ajeno a nosotros. Ahora bien, una mirada más atenta quizás nos haga ver las cosas de modo distinto y permita apreciar que necesitamos saber más de Asia y, en especial, conocer mejor la realidad de China.
El eje económico del mundo se ha desplazado hacia Asia. La tecnología fabricada en Japón y Corea hace años que, sin darnos cuenta, ha entrado en nuestros hogares. Por su parte, India y China se perfilan como los dos gigantes económicos y en población del siglo XXI, inmersos en un crecimiento sostenido, no exento de contradicciones. India, con un sistema político democrático, según diversos organismos internacionales mantiene un índice de analfabetismo entre las mujeres superior al 50%, al tiempo que ocupa posiciones muy negativas en el barómetro de la corrupción que elabora Transparencia Internacional. Pues bien, en diversos indicadores sociales su posición es aún peor que la de China, autoritaria y, sin embargo, con una tasa del 13% de analfabetismo entre las mujeres y datos que revelan que durante las últimas décadas ha realizado una enorme contribución a la disminución de la pobreza en el mundo.
Son evidencias complejas con lecturas diversas, aunque la centralidad económica, geopolítica y demográfica de China obliga a situar este país en nuestras prioridades nacionales, desde las instituciones estatales y desde la sociedad civil española. No porque vayamos a tener que desplazarnos al Reino del Centro (Zhongguo) -significado original de China- sino porque son los chinos quienes vienen hacia nosotros. Incluso se mueven hacia territorios que hasta ahora considerábamos más cercanos culturalmente a España, como América Latina, donde hoy nos topamos también con China. Prueba de ello es la alianza de Repsol y la petrolera china Sinopec concretada en Brasil, constituyendo una de las compañías energéticas más importantes de la región.
¿Qué implicaciones tiene para España todo esto? Significa que se ha de realizar una firme apuesta por un mayor conocimiento de Asia, y por la formación de jóvenes con capacidad de dinamizar las relaciones económicas, culturales y políticas entre España y los países que, como China, están situándose a la cabeza de la economía mundial y del protagonismo en la gobernanza global. Una iniciativa de referencia en este aspecto es la apuesta que la Fundación ICO ha hecho para la formación de profesionales con su programa de Becas Asia-Pacífico, que tendrá un gran impacto en nuestras relaciones con China. El acierto de este programa es el énfasis dado al estudio de la lengua china, ya que en los contactos con Asia oriental los conocimientos lingüísticos y culturales son fundamentales para la creación de lazos de confianza.
En este sentido, la empresa española todavía no ha acabado de entender que para asentar las bases de una negociación con interlocutores chinos es preciso algo más que un buen intérprete. Y un español con conocimientos lingüísticos chinos medios y capacidad de empatía con la cultura china es capaz de abrir más puertas y establecer una relación más sólida que una persona de nacionalidad china con excelentes conocimientos del español, de quien, por su educación, se espera un fuerte sentido de fidelidad a sus propios orígenes culturales.
En esta mejora del conocimiento también es importante intentar captar a los mejores jóvenes de Asia. España ha desaparecido de los listados de oferta de becas extranjeras del Ministerio de Educación en China y otros países, ya que al estar estas encuadradas en un único paquete sin definir su número, y al variar este cada año por las prioridades que se establecen sin hacerse públicas, se provoca un enorme desconcierto en los países asiáticos. El Plan Asia Pacífico 3 del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación contemplaba la voluntad de aumentar las becas de profesores de español. Sin embargo, mayor claridad y una previsión del número de becas que se otorgan a cada país es lo que demandan a España quienes desde Asia, en general, y China en particular, promueven el estudio de la lengua y cultura españolas, y con ello se mejoraría la situación actual.
España ha de rentabilizar el éxito obtenido con los pabellones de España y de Madrid en la Expo de Shanghái 2010. Una apuesta firme por la educación es la vía más adecuada para consolidar esa inversión, a fin de dotarnos con el capital humano cualificado y estratégicamente necesario para optimizar nuestras relaciones con China.
Taciana Fisac es catedrática de Lengua y Literatura China y directora del Centro de Estudios de Asia Oriental en la Universidad Autónoma de Madrid.
No hay comentarios:
Publicar un comentario