Recomiendo una buena película a pesar de que en algún momento me resultó tediosa y a ratos me llegó a intrigar. Pero sorprende porque tiene imán en su principal actriz Juliette Binoche. En su interpretación de esa mujer que pretende reconstruir o que debió ser y en su lugar sólo hay cenizas conmueve porque la vida misma es así. Esta vez sí he logrado comprender lo que quiere contar Kiarostami y su estilo para hacerlo es sólido.
Pero la clave, en mi opinión, es verla en versión original por el tratamiento idiomático, que resulta una pista fundamental para entender si la relación es la original o una mera copia inventada por dos personajes que se encuentran en la Toscana. El recurso de tres idiomas: inglés, francés e italiano no es baladí en el film, sino que ayuda a desentrañar y descubrir donde está la copia y donde el original.
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