Orientalismo se denomina al estudio de las sociedades del Próximo y Lejano Oriente por los occidentales. También puede referirse a la imitación o descripción de aspectos de las culturas orientales en Occidente por parte de escritores, diseñadores y artistas. El término está cambiando de significado, utilizándose cada vez más para referirse al estudio de Oriente durante el período histórico del imperialismo europeo en los siglos XVIII y XIX. A causa de esto, el término orientalismo ha adquirido connotaciones negativas en algunos aspectos, implicando interpretaciones prejuiciosas o anticuadas sobre las culturas y pueblos de Oriente.
Gerome se desplazó a Turquía (Imperio Otomano) y reflejó en sus obras aspectos de la vida cotidiana de la época siempre desde la perspectiva orientalista. Sus obras pictóricas son obras maestras de esta corriente artística, destacando las realizadas profusamente acerca del harén de la corte otomana.
De una conversación casual entre Delacroix y De Mornay, un diplomático que viajará a Manrruecos por orden del rey, surge esta brillante obra que será un punto de partida para la creación de una de las influencias más importante en la historia del arte europeo. De Mornay le comenta que si no le importaría acompañarlo como dibujante o pintor en la misión encomendada. En la época no era normal llevar reporteros pero sí artistas que representaban las distintas etapas del viaje.
Las escenas de harén eran muy populares en los libros y en las pinturas. Eran temas preferidos en Francia y se conoce como uno de los puntos álgidos de dicho orientalismo cuando coincide la expedición militar napoleónica a Egipto en 1789 y el desencadenamiento posterior e inmediato de la egiptomanía.
Grecia, Turquía y el norte de Africa era para los frances y, sobre todo para los románticos, algo más que un concepto geográfico: constituía un lugar de evasión imaginaria.
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