Al finalizar el día, cuando los espíritus se serenan y las tareas declinan, comienza el momento de recuperar fuerzas y momentos claves del devenir que supuso la jornada. Reflexiones personales sobre las cosas que pasan aquí y ahí, en el exterior y en el interior. La palabra necesita del corazón para que sea inteligente: necesita palpitar y sentirse viva.
viernes, 13 de agosto de 2010
"Y es quizá la manera más clara de exponer situaciones y desenlaces. La imprecisión de un futuro cercano, ya no se piensa en plazos, desanima cualquier sentido. No existe el horizonte por donde ver desaparecer el sol. No hay cordones que atar para sujetar los pies. No hay neveras que llenar. El tiempo se deshace y hace jirones con el espacio. Sólo queda mirar los átomos del aire que se respira y dejarlo así ..."
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