El día del libro fue una excelente oportunidad para comprar este libro. Ya llevaba detrás de mi sombra buena cantidad de tiempo y decidí que ya era hora. Es una buena muestra del conocimiento de esa Europa en la que vivió y rezuma melancolía por cada página. Para mí Zweig es una delicia melancólica. Gracias a que me regalaron un libro de él, empecé a renovar mi espíritu lector. Me ha gustado muchísimo como biógrafo, como ensayista y como novelista. Toda una invitación a seguir línea a línea como si caminasemos por un sendero.
Al finalizar el día, cuando los espíritus se serenan y las tareas declinan, comienza el momento de recuperar fuerzas y momentos claves del devenir que supuso la jornada. Reflexiones personales sobre las cosas que pasan aquí y ahí, en el exterior y en el interior. La palabra necesita del corazón para que sea inteligente: necesita palpitar y sentirse viva.
lunes, 27 de abril de 2009
martes, 21 de abril de 2009
EN EL PAÍS DE LOS DIOSES
Lafcadio Hearn también era griego -por lo menos de nacimiento- pero acabó siendo un japonés en el inicio del siglo XX. Es un autor al cual llegué a través de Sweig y con curiosidad indagué sobre él y su obra. Acantilado nos ofrece constantemente deliciosas obras que nos permiten descubrir escritores semiocultos. Hearn nos trajo Japón y su cultura a Occidente y quien quiera sumergirse en su encanto debe empezar buscando referencias en él.
MUERTE EN ESTAMBUL
Quien tenga la oportunidad de ir a Estambul, como mi compañera y amiga Carmen, le recomiendo que la lea antes o durante su viaje. Es una estupenda guía monumental artística, gastronómica,... pero sin duda alguna es una guía que enmarca las relaciones sociales entre los griegos y los turcos, tanto en esta época como en el díficil pasado de la minoría griega en ese territorio. Es la vida de éstos la que da movimiento a esta novela que se orquesta a través de un "sencillo" caso para el inspector Kostas Jaritos.
Petro Markaris merece la pena ser leído y seguido.
sábado, 4 de abril de 2009
ROSENGGER
Uno va leyendo "El legado de Europa" de Sweig y se va dando cuenta lo afortunado que es al tener delante de los ojos a un autor inteligente, ávido lector, apasionado en la pluma y tan sereno en el tratamiento de cada uno de los personajes que hace desfilar por estas páginas. Como biógrafo no tiene rival, por supuesto. Transmite el fondo, la forma y el aura de cada personaje. Disfruta relatándonos sus entresijos, sus vulnerabilidades y sus destrezas. Ha sido un placer que todavía no he acabado porque no quiero que lo haga. He aquí unos de sus poemas favoritos de Rosenger, escritor austriaco.
Lo que la tierra me prestó
me lo reclama ya ahora,
se acerca para arrancarme pieza a pieza
suavemente del cuerpo.
Cuanto más yo sufría
Más bello el mundo se hacía.
Extrañamente cuanto yo conquisté
se me cae poco a poco de la mano.
Cuanto más ligero me hago
Tanto más pesado me siento.
“¿No puedes tú, tierra rica,
prescindir de mí?” te pregunto.
“No, de ti prescindir no puedo,
de ti tengo que construir otro,
contigo a otro he de alimentar,
con derecho a contemplar el mundo.
¡Pero consuélate en paz!
El otro también eres tú.
Rosengger
Petri Kettenfeir
me lo reclama ya ahora,
se acerca para arrancarme pieza a pieza
suavemente del cuerpo.
Cuanto más yo sufría
Más bello el mundo se hacía.
Extrañamente cuanto yo conquisté
se me cae poco a poco de la mano.
Cuanto más ligero me hago
Tanto más pesado me siento.
“¿No puedes tú, tierra rica,
prescindir de mí?” te pregunto.
“No, de ti prescindir no puedo,
de ti tengo que construir otro,
contigo a otro he de alimentar,
con derecho a contemplar el mundo.
¡Pero consuélate en paz!
El otro también eres tú.
Rosengger
Petri Kettenfeir
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