lunes, 14 de enero de 2013

TIO VANIA VERSUS NUESTRA PROPIA REALIDAD

La oportunidad de ver un clásico no debe ser nunca pasada de largo. Siempre, y más si se trata de Chejov, la actualidad mandará sus obligadas reseñas y en este caso más que nunca.
La indignación de su protagonista, Vania, traspasa más allá del siglo que tenemos de por medio. Ni siquiera la puesta en escena -clásica como en su originaria concepción el autor crea- con sus brumas y disparo (obligado para el autor ruso) nos aleja de la realidad que tenemos ante nuestros ojos. La misma bruma, la misma indignación del protagonista, la propia chulería y prolongada"jeta" del cuñadísimo, esa pistola que todos querríamos tener a mano para acabar con los corruptos, blufs y payasos que nos rodean. Merece la pena verla para que se compare que los tiempos no han cambiado.

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