Sin perder el tiempo en la compra de bolas de colores brillantes y luces, guirnaldas y espumillones que dejan el salón lleno de estelas brillantes. Una manera fácil de tener algo de navidad para un aficionado a la lectura. Yo recomiendo una limpieza profunda de libros que no han dejado más huella que, quizás, un rato no muy desperdiciado. Seguro que las bibliotecas municipales o los centros de día agradecen lecturas a nada coste. Mis amigos los bibliosos me comentan que, con los recortes, las novedades no son tan numerosas. Hay que animarse a liberar nuestros estantes de ciertos volúmenes que no van a volverse a hojear. Yo ya tengo preparadas dos bolsas de papel, de esas que son un poco más resistentes, las que te dan en algunas tiendas de ropa o de regalos, llenas con títulos que sólo permiten que no se vea la pintura de detrás de la estantería. Si a mí no me han entuasiasmado, quizás a alguien sí les saque de un apuro aburrimiento o desidia.
Tambiés es un toque de atención sobre lo que se compra. Ahora el dinero debe cundir más que la sopa cuando se hace escasa. No compremos esa novedad que es todo marketing. Seleccionemos con tranquilidad tanto lo que nos autorregalamos como lo que se compra para otro. Pensar en los gustos, en el tiempo disponible, ... Es cansino tener que sonreir con cada pifiada que hay por ahí y aún más si tenemos que limpiar el polvo.
Otra opción es colocarselos a las tiendas de libros de segunda mano. No dan un dineral, nadie se hace millonario con la venta del papel escrito si no has ganado el Nobel, pero .... se genera un puesto de trabajo y un punto de interés de otra gente. Yo me he encontrado algunas joyas en estos locales: casi la colección entera de Ediciones del Viento, por ejemplo, a precios envidiables.
Ánimo: mañana tiempo desapacible. Ideal para leer algo al abrigo del sofá o de limpiar los estantes. A lo mejor hay un billete de 20 por allí perdido.
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