
Lo que la tierra me prestó
me lo reclama ya ahora,
se acerca para arrancarme pieza a pieza
suavemente del cuerpo.
Cuanto más yo sufría
Más bello el mundo se hacía.
Extrañamente cuanto yo conquisté
se me cae poco a poco de la mano.
Cuanto más ligero me hago
Tanto más pesado me siento.
“¿No puedes tú, tierra rica,
prescindir de mí?” te pregunto.
“No, de ti prescindir no puedo,
de ti tengo que construir otro,
contigo a otro he de alimentar,
con derecho a contemplar el mundo.
¡Pero consuélate en paz!
El otro también eres tú.
Rosengger
Petri Kettenfeir
me lo reclama ya ahora,
se acerca para arrancarme pieza a pieza
suavemente del cuerpo.
Cuanto más yo sufría
Más bello el mundo se hacía.
Extrañamente cuanto yo conquisté
se me cae poco a poco de la mano.
Cuanto más ligero me hago
Tanto más pesado me siento.
“¿No puedes tú, tierra rica,
prescindir de mí?” te pregunto.
“No, de ti prescindir no puedo,
de ti tengo que construir otro,
contigo a otro he de alimentar,
con derecho a contemplar el mundo.
¡Pero consuélate en paz!
El otro también eres tú.
Rosengger
Petri Kettenfeir
No hay comentarios:
Publicar un comentario